La No -Vida Misma / The Non-Life Itself

 La No-Vida Misma es una post-fotografía hecha un sudario digital en dos instantes.

Este, fue el último gesto que tuve con mi abuelo, capturar su spectrum, un cuerpo - imagen próximos a evanescerse. A diferencia de las capturas convencionales, estas no provienen del lente distante de su objetivo, sino del roce, la caricia, el contacto sobre la piel y su fragilidad, mediante un escáner manual viejo y defectuoso.

El contacto de la piel se funden con el glitch ocasionando también por un dispositivo ad portas de la obsolescencia. La persistencia alegórica de la imagen y su imaginario, queda capturado por una percepción “líquida” y flotante en medio de la aberración de la captura. Se eleva al estado digital, suspendida en su propio umbral, la huella se conserva como limbo: preservada en código, pixels, bits e información hipertextual. Se pierde el cuerpo, el imaginario de la imagen y el peso en kilogramos se desvanecen y adquieren un peso en Giga Bites. Este sudario es la huella digital de un cuerpo recompuesto por una memoria alterada y una óptica que toca la carne por ultima ves. 

En el el segundo instante, se captura la transformación de la materia  que también, con su volátil retrato se re-capturan sus cenizas, dando un dialogo directo entre las diferentes formas que adquiere a la imagen en el umbral liminal de la existencia y la inexistencia. Aquí, reverbera la pregunta de la idea de imagen y forma, a partir de un dialogo problemático entre la tecnología, la memoria, la vejez y la muerte compartida en la era digital.

The Non-Life Itself is a post-photograph rendered as a digital shroud in two instants.

This was my last gesture with my grandfather: to capture his spectrum, a body–image on the verge of evanescence. Unlike conventional captures, these do not arise from the distant lens of a camera, but from touch, caress, and contact upon the skin and its fragility, through an old and defective handheld scanner.

The contact of the skin merges with the glitch, itself provoked by a device at the threshold of obsolescence. The allegorical persistence of the image and its imaginary is seized through a “liquid,” floating perception within the aberration of capture. Elevated into the digital state, suspended in its own threshold, the trace is preserved as limbo: safeguarded in code, pixels, bits, and hypertextual information. The body disappears; the imaginary of the image and its weight in kilograms dissolve, acquiring instead a weight in gigabytes. This shroud becomes the digital imprint of a body recomposed by an altered memory and by an optics that touches flesh for the last time.

In the second instant, the transformation of matter is captured—its volatile portrait re-captured as ashes—unfolding a direct dialogue between the different forms assumed by the image in the liminal threshold of existence and non-existence. Here reverberates the question of image and form, articulated through a problematic dialogue between technology, memory, aging, and the shared experience of death in the digital age.